El gobierno español pide la libertad de falsos presos políticos en Cuba
pero descarta cualquier amnistía a los que sí lo sois en este estado
y entonces su hipocresía duele demasiado
pero hay que hacer uso del odio justificado
sin sucumbir al tentador y cómodo silencio.
Algunos aún creen que la revolución es cosa de dos días
y ante la lógica decepción, caen en un derrotismo
absurdamente contrarrevolucionario
que les lleva a abandonar la lucha.
Cuando yo me desmorono pienso en vosotrxs, presxs políticxs,
y se me caería la cara de vergüenza
si un día dejara de exigir justicia,
si un día abandonara la esperanza
y la corriente me llevara
a hacer ver que no existís.
Nadie nace sabiendo ni le hablarán de vosotros en los institutos
así que es nuestra responsabilidad que la memoria
haga un poco más anchas las rejas
que deberían limar sin vacilaciones
nuestros opresores.
Ojalá dentro de unos años en los libros de secundaria
se recuerde esta época como la edad ridícula
donde la solidaridad estaba penada
y los héroes tengan vuestros nombres
en vez de Cristóbal Colón o Bill Gates.
Ojalá la libertad fuera implícita en el ser altruista
y no dependiera de la reacción popular
pero como desgraciadamente no es así,
la acción es un deber moral obligatorio.
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